Thursday, June 20, 2013

Hay república. A seguir alertas

El día martes 18 de junio de 2013 será recordado como un día histórico para la República, debido al fallo de la Corte Suprema declarando la inconstitucionalidad de los artículos 2º, 4º, 18 y 30 de la Ley 26.855 que reformaba el Consejo de la Magistratura. Esto la hirió de muerte, ya que torna inaplicable al resto de la ley, manteniendo el Consejo la composición que se le conoce hasta ahora. Se marcó un hito y un freno a una Cristina Fernández decidida a acumular la suma de poder público y lograr impunidad una vez que se digne a abandonar la presidencia, junto al conjunto de aplaudidores que la secundan.

No obstante, cabe hacer un doble análisis. El primero, considerando las causas que motivaron a CFK a llevar adelante esta reforma que, como bien describe la Corte, es una reforma constitucional de facto. Digo “es” porque falta pronunciarse sobre las demás leyes, fundamentalmente la de limitación de las medidas cautelares. La cuestión a tratar es que, considerando las dos presidencias de la “exitosa abogada”, sólo pueden exhibirse fracasos en materia judicial, con procedimientos aplicados fuera del marco que la Constitución Nacional establece. Así, se libraron tres batallas fundamentales: contra el campo (Resolución 125), contra los medios independientes, con el grupo Clarín a la cabeza (Ley de Medios) y finalmente, contra el Poder Judicial (“Democratización” de la justicia). Hasta aquí hay dos derrotas seguras, y la tercera está atada a la suerte que corra el oficialismo en las elecciones de octubre. La reacción no se hizo esperar: La Corte otrora prestigiosa, ahora es “corporativa” y “destituyente”. Se asistió a una demostración de cómo los poderes Ejecutivo y Legislativo, con el argumento del “voto popular”, se toman la atribución de descalificar y demonizar a quien piense distinto, a quien le ponga un coto a su ambición desmedida de impunidad y perpetuación. Una lógica amigo-enemigo de la que gran parte de la sociedad se hartó y de la que se han valido para construir poder. Sólo se han mantenido por el “voto emoción” originado por la muerte de Néstor Kirchner, que además generó la dispersión y la impericia de la oposición, que no ha podido (o no ha querido) capitalizar esas derrotas, atomizándose y deteniéndose en egos personales. El cambio se iniciará cuando haya objetivos, no salvadores.

Como segundo análisis, propongo estar atentos al contraataque. Hay dos alternativas: Una ampliación de los miembros de la CSJN o una reforma constitucional “a la fuerza”, esto es, con interpretaciones forzosas y arbitrarias para lograr la mayoría especial requerida por el artículo 30. La primera, si bien puede modificarse por ley, encierra la dificultad que tendrá el Gobierno a la hora de designar a los nuevos jueces, que sí requerirán de la mayoría de 2/3, lo cual remite al caso Reposo. Por otra parte, sería imitar a Menem, con lo que el “relato” incurriría en otra contradicción grosera, aunque no sería la primera vez. Probablemente sea la llave para la segunda alternativa, hoy por hoy claramente inviable, si bien el fallo de ayer será utilizado como argumento. La encrucijada consiste en lograr en estos dos años, lo que no se logró en treinta que transcurrieron desde el regreso de la democracia. Nadie está por encima de la ley, ni del pueblo.

Homenaje al General Manuel Belgrano

El día de la Bandera debería ser el 27 de febrero. Pero hoy se conmemoran 193 años del fallecimiento del Gral. Manuel Belgrano. Es un ejemplo de lo que queremos como clase política. Basta con recordar en qué condiciones falleció, para darle su merecido homenaje. Claramente, priorizó la patria por sobre sus intereses personales. Debemos recordarlo no solo los 20 de junio, si no todos los días, para tener presente su legado y su lucha por construir la Patria que hoy, lamentablemente, está siendo pisoteada por el oportunismo y la hipocresía de mandatarios que se sienten con derecho a ponerse a su altura. Para quien le interese, el General nació el 10 de febrero de 1770. Tal vez sea lo mejor recordar su nacimiento, no su muerte. ¡Honor y gratitud, Gral. Belgrano!